lunes, 21 de diciembre de 2020



Los ex colimbas Gerardo Alberto Crifasi, Mario Omar Céspedes, José Luis Denis, aportaron, entre olvidos y contradicciones, algunas piezas más en el rompecabezas que sigue tomando forma: cómo era la operatoria de los Vuelos de la muerte. 


📽️ Transmisión en vivo: Diego Adur/Fernando Tebele
🎧 Edición de audios: Paulo Giacobbe
✍️Textos: Paulo Giacobbe/Agustina Sandoval Lerner/Valentina Maccarone/Noelia Laudisi De Sa
💻 Edición: Fernando Tebele



La audiencia comenzó con sorpresas:

—¿Ignacio Beltrán está con alguno o alguna? —preguntó a la sala virtual el Presidente del Tribunal , Walter Venditti, mientras revisaba la lista de concurrentes y pensaba quien podía ser ese sujeto. 

Luego de unos interminables segundos de silencio intervino Eduardo San Emeterio, uno de los abogados defensores de los imputados: “El doctor…  ehh… Ignacio, es un…  ahijado mío del Colegio Público de Abogados, le pediría que lo habilite y lo ponga en público porque está…  (inaudible) conmigo, una especie de alumno mío, es un ahijado, para la tesis —esa última palabra pudo haber sido otra—. Si el Presidente lo autoriza.

En las pantallas partidas de la sala virtual las caras fueron trocando entre asombro, incredulidad, desinterés y cansancio. La respuesta de Walter Venditti fue inmediata: 

—Aguárdeme un instante, Doctor, en principio no, primero vamos a lo primero. Si están todas las partes saludo a todos y a todas —y continuó con la presentación de rigor que corresponde a un juicio. 

Pidió información al secretario sobre los concurrentes a la sala y los que esperaban ingresar sin autorización. Le informaron sobre la presencia de todas las partes, que Gerardo Crifasi, el primer testigo de la jornada, estaba esperando para ingresar y sobre la particularidad de Beltrán, suscitada al comienzo. Entonces, Venditti volvió a hablarle al defensor de los imputados: 

—Doctor San Emeterio, ¿cómo es el tema? Nos puede decir, por favor.
—Sí. Yo soy... estoy en el Colegio Público de Abogados de Capital Federal como padrino de abogados que se recibieron, nóveles abogados. Este colega, este abogado, está siguiéndome o está viendo, iniciando los juicios porque está interesado en practicar el derecho penal, por eso pedí que lo pusieran en el público, nada más. 
—Bien, está bien. No sabía que era letrado —contestó Veditti, y aceptó la presencia del ahora Doctor Beltrán, siempre y cuando no hubiera oposición de las partes y con la imposición de que no interviniera en la audiencia, bajo ningún aspecto. También pidió que se presente por escrito el tomo y folio del ahijado de San Emeterio.
—Desde ya le dije que no hablara, que no interviniera para nada. 
—Lo tiene prohibido básicamente. 

Cerrada esa cuestión inicial comenzó la audiencia. Pero sin el doctor Beltrán porque se había desconectado. El presidente del tribunal, en un suspiro, pidió olvidarse de Ignacio Beltrán. 
Así fue que Gerardo Crifasi pudo comenzar su declaración en carácter de testigo, pues había cumplido el Servicio Militar Obligatorio “en el Batallón de Aviación del Ejército 601 de Campo de Mayo entre marzo del '77 y mayo del '78”, según dijo. Pero apenas unos minutos después de comenzado el interrogatorio, Venditti tuvo que interrumpirlo: 

—Hay alguna cuestión que desconozco cuál, que tiene que ver con un tema de seguridad. 

Pasaron entonces a cuarto intermedio, breve. A partir de ahí continuó, sin mayores sobresaltos aunque con algunas contradicciones, el testimonio de Crifasi.

1- La torre

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—Fiscal García Berro: En primer término quisiera que le indique al tribunal dónde y cuándo cumplió el Servicio Militar.
—Crifasi: Fue en el Batallón de Aviación del Ejército 601 de Campo de Mayo, en marzo del '77. Y fui dado de baja en mayo del '78. 
—GB: ¿Recuerda el lugar donde prestaba servicio en ese Batallón?
—C: Sí, era la compañía de servicios en la sección apoyo de vuelo, y en la sección cumplía guardias periódicas en la torre de vuelo.
—GB: ¿Nos puede indicar si cuando cumplía funciones de guardia en la torre de vuelo estaba permanentemente en el lugar?
—C: Sí, era durante siete días que permanecía en ese lugar
—GB: O sea ¿no se movía de lugar? ¿incluso dormía allí? 
—C: Sí, dormíamos allí. Era la semana, o sea una guardia semanal.
—GB: ¿Recuerda cuántas personas estaban asignadas a esta guardia en ese lugar?
—C: Soldados de guardia éramos dos. 
—GB: Me refiero a cuantas personas eran las que hacían guardia en ese lugar.
—C: En simultáneo éramos dos. Entiendo que éramos ocho o diez, porque eran turnos que se llevaban de a dos personas durante una semana y así iban rotando. Según lo que recuerdo éramos cuatro grupos, quizás eran cinco, no recuerdo bien. Pero éramos de a dos soldados cuatro o cinco grupos
—GB: ¿Recuerda a alguno de sus compañeros?
—C: Nombres he perdido un montón. Pero Bravo, Castaño, Roldan... 
—GB: ¿Ud. recuerda cómo era esa torre de vuelo? 
—C: Sí, creo que tenía tres pisos, era una típica torre, pequeña, no era algo gigante. Una planta baja de sección, una escalera que conducía a un primer piso donde estábamos los soldados de guardia y que era donde estaba toda la aparatología electrónica: el tablero y un escritorio donde teníamos una radio de onda corta donde recibíamos los partes meteorológicos. Ahí pasábamos la guardia. Teníamos la posibilidad de ir a dormir a la noche a un cuartel cercano que no era el nuestro, pero preferíamos dormir ahí mismo, en el mismo lugar. Estábamos más cómodos, y estábamos bien solos. 
—GB: ¿Cuál era el cuartel de guardia que estaba cercano que podían utilizar para dormir?
—C: Eran los cuarteles entre los hangares de helicópteros y aviones. Al lado, no era algo distante, era caminar cien metros. Pero preferíamos dormir en la misma torre porque si nos daban esa opción bueno estábamos más cómodos, teníamos la comida ahí, teníamos baño, era un lugar agradable. 
—GB:¿Quiénes eran, además de los soldados que estaban de guardia, las personas suboficiales u oficiales que se desempeñaban en ese lugar?
—C: En la torre de vuelo, los soldados cumplimos una guardia semanal. Mientras los suboficiales, que eran los operadores de la torre de vuelo, cumplían una guardia diaria o típica guardia de cuatro horas. Ahí había operando... los operadores de la torre de vuelo eran Sargentos o Sargentos Primero en ese momento. 
—GB: ¿Usted recuerda si allí se desempeñaban oficiales del Ejército?
—C: En la torre de vuelo no. En la torre de vuelo, por supuesto, asistían y entraban oficiales que seguramente eran los que daban las órdenes a los suboficiales. Pero concretamente el trabajo de los operadores de torre de vuelo era manejado no por oficiales, sino por suboficiales. Era Sargento o Sargento Primero, en ese entonces. 
—GB: ¿Sabe el oficial que estaba a cargo en definitiva de esa torre?
—C: No, no, los oficiales no porque no tenían presencia en el lugar. Los oficiales quizás, los operadores de la torre de vuelo estuvieron a cargo del oficial de guardia en el aeropuerto que había. El oficial de guardia era también Teniente o Teniente Primero, que rotaba diariamente 
—GB: ¿Qué era lo que se hacía en la torre? Si nos puede contar, si usted lo sabe y si lo conoce. ¿Cuál es la función que se cumple en una torre de vuelo? ¿Qué hacían estos suboficiales?
—C: Los suboficiales son los que daban el ok a la partida de los vuelos, reportaban el estado meteorológico... Estaban en el segundo piso, ya había una vista panorámica típica de las torres de vuelo y estaban los suboficiales que mandaban los despegues y aterrizajes o coordinaban, mejor dicho, los despegues y aterrizajes de los aviones y los helicópteros.

La torre de vuelo detrás de la comitiva que realizó la visita ocular hace unas semanas.
Foto: Gustavo Molfino/La Retaguardia


2- Las Guardias





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—Crifasi: No era una guardia armada la que hacíamos nosotros. La guardia armada era de la guardia diaria que rota diariamente. Estábamos de guardia de trabajo. La función que cumplíamos nosotros de los dos soldados éramos... uno era el encargado de tomar nota de los pronósticos meteorológicos de las distintas aéreas de la argentina, el otro soldado era señalero. O sea alguien que se baja a pista y con dos cartelitos color naranja señala a los aviones para acá, para allá. Como un trapito hoy en los estacionamientos.
—Fiscal García Berro: ¿Cuál era su función?¿hacía las dos?
—C: La mía era tomar nota del parte meteorológico. 
—Fiscal García Berro: Recuerda los aviones que existían en ese momento en el batallón para el tiempo que ud realizó el servicio militar
—Crifasi: Sí había varios, pequeños aviones llamados Cesnna, había uno llamado Nocta y dos aviones Fiat que eran los más grandes. Lo conocíamos como Hércules pequeño, Herculito o Hércules italiano. 
—GB: ¿para que se utilizaban estos aviones Fiat? Si lo recuerda.
—C: Hacían transporte de carga. Aviones no de transporte de pasajeros sino de carga.
—GB: ¿Recuerda en particular si esos aviones se utilizaban con alguna frecuencia que más o menos se respetaba?
—C: Sí, en mi recuerdo por lo menos, los días que yo estaba de guardia hacían vuelos los días martes y jueves a la noche. Capaz que era otro día. Yo lo recuerdo como martes y jueves, así me quedo el recuerdo.
—GB: ¿Qué era lo que sucedía o para qué se utilizaban esos aviones en el horario que acaba de indicar?
—C: En esos días concretamente qué se cargaba en el avión no lo puede ver, yo estaba en la torre de vuelo. Sí lo que veía era que partían en horario nocturno, atardecer, noche temprana y que se cargaban a través de camiones que venían de una ruta interna. Eran camiones cerrados, no del Ejército, era muy notorio esto porque nosotros veíamos todo verde. En el Ejército en ese entonces todo era verde, los vehículos eran verdes. Estos en particular eran camiones civiles, cerrados, tipo transportes de sustancias alimenticias. Esos camiones pasaban al lado de la torre de vuelo, al pie, donde yo estaba, por eso si sé que entraban esos camiones, y se dirigían a la cabecera de pista donde los esperaban ya en marcha los aviones Fiat.
—GB: ¿Cómo era la entrada de estos camiones al lugar que usted acaba de indicar? No sé si a lo mejor cerca de la torre de vuelo había algún tipo de control o de puesto de guardia.
—C: Debajo de la torre de vuelo había un soldados de guardia. En los distintos puestos de acceso había soldados de guardia, comandados por suboficiales. Pero al pie de la torre de vuelo había un soldado de guardia. El camión ese pasaba al lado del soldado de guardia. Cuando venía ese camión el soldado se tenía que correr, no es que el soldado paraba el camión, pedía documentación, nada. La orden era que el soldado de guardia cuando venía ese camión, a pesar de ser civil, se debía correr y ese camión entraba a velocidad constante hasta la cabecera de la pista.
—GB: ¿Usted sabe por orden de quién el soldado que eventualmente...? 
—C: Era por orden seguramente del oficial de turno de guardia ese día. Y además por uso de costumbre, todo soldado que hacía guardia ahí sabía que cuando venía el camión civil cerrado a toda velocidad se corría o lo pasaba por arriba.
—GB: ¿Se lo conocía con algún nombre a este camión?
—C: No, para mí eran camiones civiles de transporte de sustancias alimenticias. “Los fiambreros” también se los conocía porque eran el típico camión que transporta ... refrigerado, cerrado atrás, hermético. Yo no lo conocía con ningún nombre en particular. Tiempo después supe que le decían el fiambrero. El soldado que estaba de guardia se debía correr. Era imposible identificar quiénes eran las personas que conducían y el acompañante. Seguramente era personal de las FF.AA. Por algo se le liberaba la entrada de la forma que se liberaba. Además no entraban por los puestos habituales. Recuerdo que el Batallón tenía un puesto de guardia que venía de una quinta cercana, que era la quinta donde estaba el Comandante en Jefe. Creo que era Videla. Era como si fuera la quinta presidencial, en este caso la quinta del Comandante. En Campo de Mayo. El cuartel del aeropuerto no tenía acceso a la ruta, era interno. Ese camino venía de otros cuarteles o de otras zonas militares, no tenía accesos a la 202, ni a la Ruta 8, ni a ningún camino civil digamos . Los camiones estos que venían, venían de un lugar interno que no era esa guardia que le digo, que era apartado, sino de un camino interno de tierra.
 

3- Los aviones y los camiones

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—Fiscal García Berro: ¿Nos puede indicar si desde arriba en la torre de vuelo donde usted estaba se podían ver las cabeceras?
—C: Se veía a lo largo la longitud de la pista. Se veía que el avión estaba estacionado en la cabecera de pista, sea lado izquierdo o derecho, no me acuerdo de donde partían, y que el camión llegaba hasta la base de ese avión. Esos aviones desmontaban la panza, se baja la panza, una rampa. Si la pregunta es si veíamos desde arriba que se cargaba, nadie pudo ver desde arriba lo que se cargaba. 
—GB: Pero sí podía llegar a advertir desde la torre... 
—C: En el camión se cargaba algo a los aviones. Ninguna duda.


4- La carga


—Crifasi: Los soldados de la clase ‘75 que hicieron el servicio militar en el ‘76/’77 nos enseñaban a nosotros que trabajo hacer. En mi caso era sentarme a tal hora todos los días y tomar nota de las transmisiones de los pronósticos meteorológicos que duraban aproximadamente diez o quince minutos. por hora. O sea a todas las hora del día estaba entre diez o quince minutos tomando nota de las distintas zonas del país del pronóstico meteorológico. Esa era mi función. Cuando los soldado viejos nos enseñaron cual era nuestra tarea, para ellos darse de baja, ahí nos comentaros de la periodicidad de los vuelos, se trasladaban personas que habían sido detenidas por terrorismo. 
—GB: ¿Por terrorismo dijo?
—C: Claro, sí sí. Eran terroristas. Oficialmente lo que sé… no oficialmente... eran los soldados de la clase anterior. Ningún oficial nos dijo a nosotros qué se trasladaba. Era algo oculto. Pero si supimos por los soldados anteriores que se transportaban personas, intuyo que los que entraban en los camiones eran personas. Ahora si usted me pregunta si pude ver el camión no, era hermético, y los camiones iban a la cabecera de pista. Se decía que era transporte de personas.
—GB: Usted mencionó que esta información o comentarios los hacían los soldados de la clase anterior, usted particularmente y respecto de algún suboficial puntual, ¿recibió alguna vez algún comentario de este tipo? 
—C: No, oficialmente no. Pero podríamos intuir o entender, si bien uno se quería hacer el tonto, que los suboficiales los sabían por supuesto. Ellos, entiendo, que como personal, si bien eran suboficiales totalmente subalternos, un sargento... Si tiene idea de un sistema militar sabe que un Sargento, o Sargento Primero, o un Cabo es casi un soldado. Pero por supuesto al ser personal constante seguramente tenían mejor información que la que podemos tener nosotros los soldados. Por eso me llama la atención que todos estos testigos seamos los soldados con tan baja información. Cuando fácilmente, interrogando a los suboficiales de aquel entonces, podrían tener información de forma acabada. 
—GB: El tema es que a usted se los convoca como testigos. Hay otro personal que difícilmente puede ser convocado como testigo.  


5- Los pilotos


—Fiscal García Berro: ¿Recuerda quiénes eran las personas que piloteaban los aviones Fiat?

—C: En ese momento el Teniente Primero Rodríguez y el Mayor Malacalza. El Teniente Primero Rodríguez durante mi periodo de servicio militar estuvo en la primera etapa. Yo hice el servicio militar en el ‘77 hasta mayo del ‘78. Este oficial al tiempo de estar ahí... el suboficial nos comentó que se había retirado que había pasado a trabajar en una compañía privada, Aerolíneas Argentinas. Y el Mayor Malacalza siguió como Subcomandante del Batallón hasta que yo me retiré.


6- El pronóstico del tiempo


—Fiscal García Berro: ¿Usted puede recordar quiénes eran las personas que entregaban o si estos oficiales cuando tenían que volar con sus aviones iban a la torre de vuelo? ¿Era normal que concurrieran a la torre de vuelo? a lo mejor para conocer las condiciones meteorológicas del lugar a donde iban a volar.
—Crifasi: Exactamente era así: el oficial a cargo, el oficial piloto, que eran estos dos que yo conozco, asistían a la torre de vuelo antes de  partir. Consultaban el pronóstico meteorológico de la zona donde iban a volar. Seguramente iría algún suboficial o oficial mecánico o algún copiloto. 
—GB: ¿Y usted recuerda en particular si había algún lugar de destino que se repitiera? 
—C: Sin ninguna duda era punta Punta Indio y Magdalena. Punta Indio lo recuerdo particularmente. Bueno son zonas aledañas.
—GB: ¿Qué era lo que sucedía cuando estos vuelos estaban por partir? Usted mencionó que entraba el camión frigorífico y que iba a la cabecera de pista. ¿Qué era lo que pasaba con la gente que estaba en los alrededores de la pista en ese momento? ¿Continuaban su trabajo normal? 
—C: Era en horarios nocturnos, así que el trabajo seguramente, el nivel de actividad, bajaba con respecto al día. La gente caminando o andando por ahí seguramente era menor. Pero bueno, yo no recuerdo ninguna orden en particular de que se desalojara todo el personal. Por supuesto en la pista no había nadie nunca. Pero lo que serían los hangares creo que la actividad seguía normal. Pero bueno, como era horario nocturno seguramente no había mucha gente caminando.
—GB: ¿Usted recuerda si después de que ingresaran esos camiones y se retiraran del lugar el avión Fiat despegaba?
—C: Antes de partir el avión, el camión volvía a toda velocidad, pasaba por el mismo puesto y se retiraba por el mismo camino que entraba, y partía el avión. 
—GB: ¿Usted recuerda cuánto tiempo duraba esta operación? Es decir desde que llegaba el camión a la cabecera hasta que despegaba el avión. 
—C: Diez minutos
—GB: ¿Recuerda que tiempo? Si lo puede recordar ¿Cuánto tiempo demoraban estos aviones en volver?
—C: aproximadamente dos o tres horas. Quizás menos. La verdad nunca lo tomé. Pero era un periodo corto. O sea nosotros antes de dormirnos ya sabíamos que el avión había aterrizado de vuelta.



7- Si se portan mal...


—Fiscal García Berro: ¿Conoció en algún momento algún lugar dentro de Campo de Mayo que se lo identificara como El Campito?
—Crifasi: Sí, yo sentí nombrar, no lo hemos conocido. Pero había sí un lugar que se lo nombraba como El Campito o  La Escuelita. Así, en broma, nos decían La Escuelita los suboficiales, que eran las personas con las cuales teníamos contacto que medio en chiste nos decían: “Pórtense bien o los mandamos a La Escuelita”. 
—GB: ¿Así le decían? Como si fuera una especie de castigo 
—C: Como si fuera una especie de castigo. No sé de ningún soldado que haya ido ahí ni nada. Era más que nada broma en los momento en que los suboficiales estaban jocosos  



8- Lucha contra la "subversión"


— Pablo Llonto: El grupo de usted en particular, este grupo que fue destinado a la torre de vuelos, ¿recibió en algún momento, ya sea en la instrucción o en los días posteriores, algún tipo de charla o de discurso relacionado con la llamada entonces "lucha contra la subversión"?
—Crifasi: No el grupo asignado a la torre de vuelo, mi sección en particular, sino todo la compañía, todo el Batallón durante el periodo de adiestramiento militar, la época de los bailes, del entrenamiento militar, del cuerpo a tierra y todas esas cosas que se ven en las películas norteamericanas, fue extremadamente duro en esa época. Además de eso recibimos arenga continua sobre el terrorismo, sí claro, de que podíamos ser atacados en cualquier momento, que teníamos que estar preparados. Ese tipo de arenga obviamente durante el periodo de instrucción de los cuarenta y cinco días era arenga diaria. 



9- La cita con la justicia

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—Juez Eduardo Farah: ¿Recuerda usted cómo fue la declaración que prestó ante el juzgado de instrucción de esta causa que recién le acaban de mencionar, es la primera vez que usted presta declaración testimonial o lo hizo antes en otro proceso?
—Crifasi: Esta es la segunda, la primera fue en el juzgado de instrucción de San Martín, muchos años atrás.
—EF: ¿Recuerda cómo fue su convocatoria, cómo llegó usted hasta allí? ¿Cómo dieron con usted para comparecer en este juzgado?
—C: Ni idea, me gustaría saber cómo dieron conmigo. Yo recibí una citación en mi domicilio en la localidad de Pilar. No sabía ni de qué trataba hasta que la abrió. Jamás tuve ni causas, ni declaraciones ni asistencia a comisaría, ni nada en mi vida. Ni una sospecha. Después leo y digo "que curioso", habían pasado como 35 o 40 años. 
—Fiscal García Berro: A la pregunta que le formuló uno de los miembros del tribunal usted mencionó que aquella declaración prestada hace años en el juzgado de San Martín, usted dijo que se enteró de la citación porque una persona le hizo llegar la citación a su casa y usted no sabía de dónde habían sacado su nombre. Esto es así?
—C: Correcto. Esa citación fue dejada en la portería de un barrio cerrado donde yo vivía, por oficiales de la policía. Por eso mi sorpresa fue grande cuando el portero del barrio se la entregó diciendo que vino gente uniformada de policía.
—GB: Respecto de la citación para declarar ahora, ¿de qué forma fue contactado?
Via telefonica me llamo una señorita, no me acuerdo el nombre, para informarme que iba a ser citado. Y le dije que una citación por vía telefónica no la aceptaba, que me mandara un whatsapp o un mail. Y recibí la citación vía mail por la Secretaría de Derechos Humanos, si quiere lo busco, lo debo de tener por acá. 
—GB: Mantuvo algún tipo de contacto respecto de esta declaración?
—C: No. Tuve mensajes de la señorita Rocio, incluso los días anteriores con una nueva convocatoria porque la nueva se cayó que era para el lunes que se pasó el feriado. Me dijo que el mismo link y código de acceso era el que tenía que aplicar hoy. Le confirme que sí, que hoy iba a estar conectado al Zoom. Era para saber si podía asistir a esta audiencia. 


10- De día las prácticas, de noche los vuelos fantasma



—Sergio Moreno (abogado defensor): ¿Tiene conocimiento si existían prácticas de vuelo de los pilotos? 
—Crifasi: Sí, practicas a diario, frecuentemente. Sobre todo en los aviones pequeños donde los Tenientes hacían vuelos de lo que entendemos que eran de práctica. Más que nada con los aviones pequeños como Twin Otter.
—SM: Le pregunto al revés entonces, los aviones grandes saben si tenían prácticas de vuelo?
—C: No lo sé con certeza, pero lo que no había eran distintos oficiales haciendo prácticas durante el día. 
—SM: Las prácticas de vuelo en cualquier aeronave, ¿eran únicamente de día?
—C: Sí, por lo que recuerdo. Los vuelos nocturnos que yo recuerdo son los que le mencioné.


👉 Posteriormente fue el turno de José Luis Denis, quien cumplió el servicio militar obligatorio en  “Campo de Mayo en el batallón 601, Aviación del Ejército” y había ingresado “en agosto del 76”. Pese a sacar número bajo en el sorteo que realizaba el ejército para definir las incorporaciones, fue convocado. En su declaración tuvo algunos momentos mejores que otros, de olvidos y recuerdos. Había comenzado la exposición con una persona que lo asistía en materia tecnológica, pero Denis trasladaba las preguntas a esa persona que le soplaba las respuestas. Fue advertido por Venditti y esa persona tuvo que abandonar la sala. 


1- Guardias y aviones

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—Fiscal García Berro: ¿Recuerda haber hecho guardias en lo que se denominaba o usted conocían como "la zona de arriba"? 
—Denis: Sí, donde estaba el aeropuerto. Sí, hice unas cuantas guardias ahí.
—GB: ¿En qué horario?
—D: Hice muchas guardias nocturnas.
—GB: ¿Recuerda la zona de entrada a la pista del aeródromo?
—D: Sí, nosotros llegamos hasta donde había una barrera, hasta ahí nos dejaban estar.
—GB: ¿Esa barrera era cercana a la torre de vuelo?
—D: Sí, estaba cerquita.
—GB: ¿Cuántos soldados quedaban apostados haciendo guardia allí?
—D: Y... la verdad que no me acuerdo, dos o tres me parece. 
—GB: ¿Recuerda usted que aviones tenía el batallón para esa época?
—D: Había un Hércules chiquito y helicópteros, después había un par de aviones chicos.
—GB: ¿Recuerda a este Hércules chico para qué era utilizado?
—D: Y... lo usaban para carga, eso era lo que creíamos.
—GB: ¿Recuerda si lo usaban algún día en particular?, ¿en qué horario?
—D: Yo los he visto salir de noche muchas veces y de día muy poco. 


2- No recuerda

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—Fiscal García Berro: Dígame, ¿en alguna oportunidad escuchó, mientras duró su servicio militar en el Batallón, la existencia de los denominados vuelos fantasmas?
—Denis: No, en ese momento no se comentaba nada de eso. Nada de nada.
—GB: Teniendo en cuenta lo que yo vengo verificando de lo que ha declarado usted con anterioridad y lo que ha declarado ahora, ¿tiene algún tipo de particular temor respecto de su declaración?
—D: No, en lo absoluto. Pasa que pasaron cuarentipico de años.
—GB: Yo no tengo mas preguntas sin perjuicio de cual quisiera hacerle conocer al señor Denis las cosas o las menciones respecto de las cuales dijo en este momento no recordar nada y que ha efectuado en alguna ocasión anterior. 


3- No era lo que creían

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—Pablo Llonto: una pregunta, usted dijo, voy a leerle textual por lo menos lo que anote: "A los Hércules los usaban para carga y eso era lo que creíamos". La pregunta es, ¿qué es lo que pasó después, que supo o que entendió de lo que le decían en aquel momento?
—Denis: Después aparentemente se supo que se usaba para otra cosa que no era para llevar cargamento, pero eso después con los años pero en ese momento no se sabía nada. Lo único que hacíamos era hacer guardias y nada más, otra cosa no... no teníamos acceso a los hangares, al lado de las pistas no podíamos pasar. Ahí pasaban los oficiales y nadie más. Eso es lo que recuerdo. 



4- Entraban y salían

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—Verónica Bogliano (querella Secretaría de DD. HH. Provincia de Buenos Aires): Y también mencionó que los Hércules en general circulaban de noche, ¿encuentra alguna vinculación entre estos ingresos de camiones y los vuelos de los Hércules?
—Denis: Y después que entraban los camiones o los micros al rato salía algún avión, el Hércules o un avión más chico o un helicóptero y al rato volvían. Ya le digo, otra cosa no sabíamos nosotros.



5- Recuerda y olvida

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—Walter Venditti (Presidente del Tribunal): Señor Denis, ¿dónde anda? (lo busca entre los cuadraditos del zoom) A su declaración en el juzgado instructor es que hace referencia que pudo observar muchas veces, en ocasiones que hacía guardia, a eso se referencia en la declaración y a eso se refiere el fiscal, el ingreso a los hangares y la pista de camiones celulares para transporte de detenidos tanto de la Policía Federal como de la Provincia de Buenos Aires. Eso es lo que dijo en su anterior declaración que ahora no dice. La idea es que usted haga un esfuerzo de memoria. Usted hace referencia a camiones celulares para transporte de detenidos.
—Denis: Sí, estoy... sí, tiene razón. Ahora me acuerdo. Los veía cuando entraban por el lado de los hangares pero ahí ya no sabíamos el motivo y por que estaban ahí. Ahora que me hace recordar sí.
—WV: Bueno, muchas gracias por el esfuerzo. Si quiere continuar señor fiscal.
—Fiscal García Berro: No, simplemente hacer referencia a lo que dijo en esa declaración respecto de quién era la persona que autorizaba el ingreso de esos camiones y qué era lo que pasaba con las personas que estaban de guardia.
—D: La verdad que no me acuerdo, mi memoria ya no es la misma. 
—WV: Usted dice que autorizaba el ingreso de un oficial instalado en la torre de vuelos. Utilizaban un protocolo para el ingreso de esos camiones en relación al soldado que estaba en el puesto de guardia.
—D: La verdad que no me acuerdo.
—WV: Usted hace referencia a que siempre sacaban de la red al conscripto que estaba en la guardia y se había dado aviso de la llegada del vehículo. Haciéndose cargo del ingreso este oficial que era el que autorizaba. O sea un protocolo especial para el ingreso de estos camiones. El oficial corría al soldado.
—D: Sí me parece... nos sacaban de ahí y teníamos el puesto ahí nomás, a unos metros. Y nos mandaban para ahí... me parece, no me acuerdo por qué motivo nos sacaban. 




👉 El último testigo declaró a la antigua, de manera presencial. Sentado frente a un micrófono de la sala del juzgado, con seis sillas verdes vacías de fondo, usando un barbijo negro, estaba Mario Omar Céspedes, quién cumplió funciones “en Campo de Mayo, en el Batallón de Aviación del Ejército, en el año 1977, desde el 26 de abril al 26 de septiembre, pocos meses”. Con su testimonio cerró la novena audiencia por los Vuelos de la muerte en Campo de Mayo, el predio que aún continúa bajo dominio del Ejército.   


1- Los Fiat

—Céspedes: Creo que en total hice once guardias. Y había comentarios de que se movían cosas, qué sé yo... y yo una noche me tocó guardia en la pista y vi un camión con el semi, con custodia, todo, que cargaron en un avión Fiat. Nada más...


2- Los comentarios

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—Céspedes: Sí, comentarios había, por los soldados viejos los de la casa anterior.
—Fiscal García Berro: Bien. ¿Por qué no nos cuenta esos comentarios? y qué era lo que se escuchaba, digamos.
—C: Y... se escuchaba que llevaban gente adentro de los semi, de los acoplados. 
—GB: ¿Y usted sabe para qué llevaban gente?
—C: No, la verdad que no. No, porque eso eran comentarios nada más y en ese tiempo lo que estábamos ahí no creíamos nada, así que...
—GB: ¿Pero qué era lo que no creían?
—C: Las versiones de los soldados anteriores porque siempre contaban alguna historia rara.
—GB: Bueno, pero yo quiero saber cuáles eran las versiones de los soldados anteriores.
—C: Claro, los soldados anteriores nos decían que en esos camiones, cuando venían, era porque llevaban gente a tirar al mar.
—GB: Ah, bien...


3- Los perros

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—Fiscal García Berro: ¿Escuchó alguna vez, vio, esto puede ser normal; en ese sector algún ladrido de algún perro?
—Céspedes: Sí, estaba lleno de perros ahí.
—GB: Ah, cuéntenos un poquito de esto.
—C: Sí, a veces aparecían los perros que venían de ahí del campo, había un montón de perros de esos "cimarrones" les decían.
—GB: Cimarrones, bien. ¿Y esos perros dónde se encontraban?
—C: No, la verdad que no sé porque salían del campo.
—GB: Pero digamos, a esos perros cimarrones que usted mencionó, ¿los escuchaba cuando iba al bosque a buscar leña?
—C: No, no, no. Eso era mientras estaba de guardia ahí, aparecían solos los perros. Se venían al costado de los hangares.
—GB: Bien. ¿Y cuándo iba a buscar leña a ese bosque que usted mencionó?
—C: No, no había nada.
—GB: ¿No escuchó ladridos tampoco?
—C: No, no.



4- Los Falcon

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—Fiscal García Berro: Usted menciona que este camión con remolque iba custodiado por... ¿Custodiado dijo usted?
—Céspedes: Sí, porque entraban los dos autos, dos autos adelante y dos autos atrás. Sí, era una custodia.
—GB: ¿Qué tipos de autos era? ¿lo mencionó?
—C: Falcon. 
—GB: ¿Recuerda el color de los Falcon?
—C: Verdes.
—GB: Verdes. ¿Quiénes iban en esos vehículos?
—C: Militares o civiles, la verdad que no me acuerdo... Creo que eran civiles, bah, vestidos de civiles.
—GB: Vestidos de civiles pero ¿tenían algún tipo de apariencia de ser militares o usted supuso que podían ser militares?
—C: Sí, yo suponía que eran militares. Por más que vayan de civil, para entrar ahí...
—GB: Perfecto.


5- Los civiles... militares

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—Eduardo San Emeterio (Abogado defensor): Usted también dijo que ese camión venía custodiado por dos vehículos adelante y dos vehículos atrás.
—Céspedes: Sí.
— SE: Y que las personas estaban de civil, ¿es así?
—C: Sí, estaban de civil.
—SE: Usted suponía que eran militares. ¿Por qué suponía que eran militares?
—C: Y yo suponía que eran militares por... Si no, ¿qué iban a hacer ahí adentro de Campo de Mayo?
—SE: ¿Nunca hubo ningún civil entonces ahí en Campo de Mayo?
—C: Eh, ¿cómo? No escuché.
—SE: Si nunca vio ningún civil en Campo de Mayo.
—C: No.



Este diario del juicio por los Vuelos de la Muerte de Campo de Mayo, es una herramienta de difusión llevada adelante por  La Retaguardia medio alternativo, comunitario y popular, junto a comunicadores/as independientes. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguinos diariamente en https://vueloscampodemayo.blogspot.com/

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