domingo, 5 de septiembre de 2021



Patricia Bernardi, integrante del grupo fundador del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), fue citada a declarar en el juicio para hablar del hallazgo y la identificación de los restos de las cuatro víctimas de la causa. La antropóloga corroboró que las lesiones observadas en los cuerpos de Rosa Eugenia Novillo Corvalán, Roberto Ramón Arancibia, Adrián Enrique Accrescimbeni y Juan Carlos Rosace, se corresponden con las sufridas por las víctimas de los vuelos de la muerte. (Por La Retaguardia/El Diario del Juicio*) 


✍️ Redacción: Paulo Giacobbe

💻 Edición: Diego Adur

📷 Fotos: Transmisión de La Retaguardia

✍️ Cobertura del juicio: Noelia Laudisi De Sa/Diego Adur



Al comenzar su testimonio, la antropóloga explicó que fue convocada por la Fiscalía específicamente por “dos sucesos, los de diciembre de 1976 y los del 18 de febrero de 1978”. Pero antes de explayarse en detalle sobre esos casos, se refirió a los cuerpos hallados en la costa de la República Oriental del Uruguay y la República Argentina. “En Uruguay el Equipo relevó 13 sucesos, en Colonia, Montevideo, Maldonado y Rocha. En Argentina, desde Magdalena y Punta Indio, Pipinas, y toda la zona de la costa de San Clemente del Tuyu, Santa Teresita, Lucila del Mar, San Bernardo, Mar de Ajo, Las Toninas, Pinamar y Villa Gesell, la cantidad de sucesos de hallazgo de cadáveres es de 14”, detalló. 

“La paridad se rompe cuando nosotros hablamos específicamente de la cantidad de cuerpos aparecidos en Uruguay, que es de 27, en tanto que en Argentina es de 44”, dijo. Frente a esos hallazgos en ambas costas, ocurridos entre 1976 y 1978 simultáneamente, hay ciertas instancias administrativas que se van desarrollando. “No siempre que aparezcan en la costa significa que se trata de los Vuelos. Pero lo que caracteriza o define a las víctimas de los Vuelos es la perspectiva pericial; es decir, las lesiones observadas en los cuerpos”, explicó Bernardi. Esas lesiones existen en los casos que convoca a este juicio.    

4 cadáveres en la costa del río

Patricia Bernardi dijo que entre el 4 y el 6 de diciembre de 1976 se hallaron 4 cadáveres en la costa del Río de la Plata, en la localidad de Punta Indio. “Fueron levantados por personal policial del destacamento Cristino Benavidez de Verónica, Partido de Magdalena”, y trasladados a la “morgue de Santa Teresita donde un médico de la policía realizó la autopsia”. Mediante el relevamiento que el EAAF realizó sobre los legajos de la Policía de la Provincia, las actas de defunción, libros del cementerio y estudio de las autopsias, pudo informar que: 

1- Los 4 cuerpos fueron inhumados como NN.
2- El médico policial Héctor Baudino realizó las autopsias y determinó que la muerte fue diez o doce días antes de ser arrojados al agua (entre el 23 y 25 de noviembre de 1976). 3 de los cuerpos son masculinos y 1 femenino. La causa de muerte es destrucción de masa encefálica, salvo en uno de los masculinos que es asfixia por inmersión. (Ese cuerpo, a la fecha, no pudo ser identificado). 
3-En el cuerpo femenino Baudino detalló tres disparos - en región craneana posterior, maxilar izquierdo y tibia-peroné derecho- y que “fue arrojado a las aguas del Río de la Plata”.  El médico policial seccionó las manos de ese cuerpo y las envió para su identificación al laboratorio de necropapiloscopía en la Ciudad de La Plata. El 12 de diciembre de 1976 el cadáver ingresó al cementerio de Magdalena y fue inhumado como NN en la sección G, Tablón I, sepultura 14.   
4- El 8 de febrero de 1977 el laboratorio de necropapiloscopía determinó que se trataba de Rosa Eugenia Novillo Corvalan y lo informó el 16 de febrero al destacamento policial. “Queda demostrado desde el punto de vista científico y de manera incontrovertible que las impresiones digitales corresponden a Rosa Eugenia Novillo Corvalán”, consignó el laboratorio. 
5- Carlos Machado intervino como Juez Federal permitiendo el peritaje que no fue incorporado al sumario ni tampoco valió para rectificar el acta de defunción. 

“La pericia queda encajonada en algún lugar”, razonó Bernardi. “Más allá que los restos fueron identificados en febrero de 1977, lamentablemente no hubo ninguna rectificación del acta de defunción”, ni en el libro del cementerio. Rosa, intencionalmente, quedó como NN.  

Recién en 1997 el EAAF tuvo acceso al informe de necropapiloscopía. Con ese dato verificó si Rosa figuraba en la CoNaDeP y resultó que en el legajo número 76 figuraba la denuncia de su desaparición. Luego buscaron dentro del juzgado de Carlos Machado algún expediente de hallazgo de cadáver o de presunto homicidio y no se encontró ningún expediente judicial. En el Registro Nacional de las Personas buscaron registros de personas jóvenes con muertes violentas; Aparecieron los 4 cadáveres NN en Punta Indio. 

El Equipo se contactó con la familia de Rosa, quien solicitó que se exhumara y se identificara el cuerpo ante el Juzgado Federal N°1 de La Plata, a cargo de Manuel Blanco. El 13 de enero de 1998 recuperaron el cuerpo y los restos fueron trasladados a la Dirección de Asesoría Periciales de la Provincia de Buenos Aires. Pero “quedaba por corroborar si el esqueleto exhumado en la sepultura era el que se había estudiado y en el que se había realizado el peritaje”, subrayó Bernardi. La familia aportó la historia clínica de Rosa y gracias a unas radiografías de los senos frontales del cráneo se pudo determinar que efectivamente se trataba de ella. 

Según otros datos aportados por la familia, Rosa Eugenia fue secuestrada junto a su compañero, Guillermo Abel Pucheta, en abril de 1976. Estaba embarazada de dos meses y el niño o la niña que debió nacer en cautiverio permanece desaparecido/a. En este mismo juicio, el sobreviviente Eduardo Cagnolo dijo que Novillo Corvalán fue vista en El Campito, el Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio más grande que funcionó en Campo de Mayo. 




Una simple muestra de sangre

“Es importante ver cómo el Equipo aborda cada caso de manera diferente”, señaló Patricia Bernardi. En el 2003, con los avances de la ciencia genética y su uso en la identificación de cuerpos, el Equipo Argentino de Antropología Forense lanzó la campaña “Iniciativa Latinoamericana para la identificación de personas”.  

Con la llegada de recursos financieros, formaron un laboratorio propio y pudieron procesar las muestras de sangre que se tomaron en todo el país. Además “eso permitió que de cada esqueleto que nosotros recuperáramos de los cementerios, podíamos procesar el perfil genético”. 

En Argentina, “muchas de las personas desaparecidas fueron inhumadas en cementerios municipales a lo largo de todo el país como NN”, contó la antropóloga. Por ese motivo, el Equipo solicitó a la Justicia medidas “de no innovar en distintos cementerios”. 

 “Pero los Directores de los cementerios, por problemas específicos, porque hacían una calle, un cambio de catastro o querían hacer un osario, no tenían ningún prurito en levantar los cuerpos que nosotros estábamos protegiendo. Entonces decidimos hacer lo que llamamos rescate arqueológico y hacer exhumaciones aun no teniendo posibilidades de saber o de tener hipótesis, para protegerlos y traerlos a nuestro laboratorio”, explicó. 

Las pruebas

Con los trabajos realizados en 1997 en el Cementerio de Magdalena, el EAAF sabía que el “sector G” era utilizado para la inhumación de NN. Pidieron autorización a la Justicia para realizar exhumaciones y en 2010 recuperaron 10 cuerpos. Por problemas en las napas y el clima adverso suspendieron los trabajos hasta 2011. 

El diseño fue abrir una zanja de 19 por 2 metros y dividir i cuadrículas de 1por 2 metros cada una, denominadas por letras de la A a la R. La técnica fue: “con elementos pequeños, remover la tierra que cubre los huesos dejando in situ, en el lugar exacto, los huesos y las evidencias asociadas”.  

“Lo que vemos es que en el esqueleto 43 se observa una soga de ocho hilos de nylon o rafia de polipropileno que la encontramos en la zona de las muñecas y los tobillos. En el que se denominó 44, la soga estaba colocada en uno de los costados de la fosa”, detalló Bernardi, mientras acompañaba sus palabras con fotos. El esqueleto 43 y 44 tenían múltiples fracturas que fueron registradas antes de retirar los cuerpos. 

“Los esqueletos fueron inhumados de fosas individuales y primarias. Un esqueleto por fosa y con huesos articulados. Se encontró vestimenta en el esqueleto 44, además de la soga. Eran muy jóvenes y enterrados en ataúdes de mala calidad”, describió. 

De los 45 esqueletos que recuperaron, solo 17 fueron considerados de interés forense y se trasladaron al laboratorio del Equipo para su estudio y para reconstruir su perfil biológico. Así supieron que el esqueleto 43 era de sexo masculino, tenía entre 16 y 19 años, medía entre  1,73 a 1,79 metros y presentaba lesiones relacionadas al momento de la muerte en cráneo, mandíbula, costillas, vertebras. 
“El esqueleto número 44 fue encontrado adyacente al 43”, también se trataba de un cuerpo masculino de entre 16 y 19 años, de 1,73 a 1,76 metros. Tenía las medias colocadas y una camisa; con una fractura en una costilla izquierda producida entre 10 a 15 días antes de la muerte y presentaba lesiones relacionadas al momento de la muerte en cráneo, mandíbula, costillas derecha e izquierda, pelvis, fémur y tibia derecha. 




La identificación

Una vez obtenidos los perfiles biológicos se los comparó con las muestras de sangre de referencia de las familias de las y los compañeros detenidos desaparecidos. El esqueleto 43 resultó ser Adrián Enrique Accrescimbeni, de 17 años, secuestrado el 5 de noviembre de 1976. El esqueleto 44 fue identificado como Juan Carlos Rosace, de 18 años, secuestrado entre el 4 y 5 de noviembre de 1976. Ambos adolescentes eran compañeros de curso en la misma escuela y fueron llevados a El Campito, el Centro de Detención Tortura y Exterminio que el Ejército Argentino montó en Campo de Mayo.   

El Cementerio de General Lavalle 

“En cuanto al último suceso, que es un suceso que se produce el 18 de febrero de 1978” en la localidad de Las Toninas, el Equipo Argentino de Antropología Forense pudo saber:
1- Que intervino el Juzgado Penal de Dolores a cargo de Carlos Facio. 
2- El médico de la Policía que hizo la autopsia fue Roberto León Dios.
3- En la pericia forense, Roberto León Dios describió lesiones “en cráneo (con pérdida de sustancia ósea), columna, miembros superiores y tibia y peroné”. Causa de muerte: politraumatismo causado por caída de gran altura sobre superficie dura, “que en este caso es el agua, que actúa como una capa de cemento”, agregó Bernardi con crudeza.
4- En el acta de defunción, el médico de la Policía firmó  que la causa de muerte fue “Traumatismo de cráneo”.  Como fecha de muerte puso 18 de febrero de 1978, el día del hallazgo del cuerpo, pero en la autopsia estableció que la fecha del fallecimiento fue sesenta días antes. 
5- El cuerpo es inhumado en el Cementerio de General Lavalle como NN, en la Sección B, Sector 2, Lote 31.  

“Es difícil cuando uno trabaja en un cementerio porque indudablemente esqueletos va a encontrar, el problema es encontrar los esqueletos que uno está buscando y el otro problema es que se puede obtener un montón de información de los Libros del Cementerio, los registros, licencias de inhumaciones; pero cuando uno va a campo, cuando entra al cementerio y trata de ubicarlas, la relación entre las fuentes escritas y lo que uno encuentra en el cementerio no es una relación directa”, detalló Bernardi sobre el trabajo del EAAF en la búsqueda de ese cuerpo. “En General Lavalle se complicó por un cambio de catastro”. 

Sucede que el cuadrante 2 pasó a llamarse cuadrante 3. Los datos del EAAF eran que en ese cuadrante “durante julio del ‘77 a octubre del ‘79 ingresaron al menos 70 cuerpos, algunos identificados y otros como NN”, señaló la testigo.  

El modo de trabajar fue similar al que utilizaron en el Cementerio de Magdalena. Buscando un cuerpo con ciertas características y fracturas similares a la de los Vuelos de la Muerte y llegaron a la sepultura 31. 

Al igual que los otros casos, estudiaron los huesos. El sexo era masculino, tenía entre 32 y 42 años. Medía 1,83 o 1,89metros. Presentaba fracturas en al menos siete costillas entre diez o doce días antes de la muerte, fractura en el cráneo y múltiples fracturas en todo el cuerpo. Se tomaron muestras genéticas y se comparó con las muestras de referencias. Se trataba de Roberto Ramón Arancibia, secuestrado en mayo de 1977 a los 38 años y llevado a Campo de Mayo.  

Conclusiones

Las fracturas observadas en los cuerpos son las típicas de los Vuelos de la Muerte: “Corresponden a lesiones ocurridas alrededor del momento de la muerte. Dichas lesiones graves y severas causaron la muerte del individuo. Es compatible con el choque o golpe con o contra objeto o superficie dura”. 
“En estos casos hay que tener en cuenta que las lesiones van a ser distintas en cuanto que son cuerpos que son arrojados, que caen a una determinada velocidad y la dirección que impactan en el agua, que a esa altura es considerada una superficie rígida. Si bien impacta en un hueso, inmediatamente lesiona al resto de los huesos”, explicó Patricia Bernardi. “Los cuerpos son arrojados de una determinada altura, adquieren una gran velocidad y el impacto en el agua es lo que produce fracturas múltiples en todo el cuerpo”.

La exposición realizada por la fundadora del Equipo Argentino de Antropología Forense incluyó una serie de fotos e infografías, indescriptibles, que se pueden ver en la trasmisión de La Retaguardia, con la misma advertencia que realizó el presidente del Tribunal al comienzo de la declaración: “A los familiares de las víctimas les advierto que si quieren pueden desconectarse, no tengo inconvenientes que estén, en absoluto, pero a los efectos de no revictimizar, a los efectos de no hacer más daño, por si quieren desconectarse o no ver, escuchar exclusivamente el audio”, avisó Walter Venditti. 

La audiencia, que antes contó con el testimonio de una mujer que había cumplido funciones como personal civil del Ejército en el Batallón de Aviación 601, resultó muy importante para entender y determinar uno de los aspectos finales de la siniestra operatoria de desaparición de personas que aquí se investiga.

*Este diario del juicio por los Vuelos de la Muerte de Campo de Mayo, es una herramienta de difusión llevada adelante por  La Retaguardia medio alternativo, comunitario y popular, junto a comunicadores/as independientes. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguinos diariamente en https://vueloscampodemayo.blogspot.com/

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