En el juicio que investiga los vuelos de la muerte que partieron desde Campo de Mayo hubo una nueva sorpresa, esta vez a partir de la declaración de uno de los testigos propuestos por la defensa oficial: Alejandro Héctor Astudiano admitió haber visto cómo subían a una persona a uno de los aviones del Batallón de Aviación 601 del Ejército. Además contó que un soldado lo llamó porque escuchaba gritos que venían “del campo”. (Por La Retaguardia/El Diario del Juicio*)
✍️ Cobertura del juicio: Fernando Tebele/ Diego Adur
✍️ Redacción: Diego Adur
💻 Edición: Fernando Tebele
Durante lo que aparentaba ser un testimonio acorde a lo pretendido por la defensa de Horacio Conditi, que lo había convocado, Alejandro Héctor Astudiano, un exconscripto, dijo que podía "contar un episodio que a mí me llamó la atención". Aseguró que se acordaba muy bien del hecho por el nivel de sorpresa que se llevó. Era un día soleado, en septiembre del ’76, entre las 9 y las 10 de la mañana. El testigo volvía de entregar el parte diario y le sorprendió la quietud y soledad que había en el Aeródromo. Un tal Sargento Palacios, le indicó que él no debía estar afuera y lo hizo ingresar a su propia oficina en la Torre de Control, frente a la pista. Desde allí, Astudiano vio cómo subían a una persona civil a uno de los aviones del Batallón: "En un regreso de llevar ese papel, recuerdo que volví y vi un silencio raro en la pista. No se escuchaba ni se veía ningún soldado. Me llamó mucho la atención porque normalmente los soldados caminaban y ayudaban a los oficiales a arreglar los helicópteros. Cuando me dirigía a la oficina, recuerdo que no vi a ninguno y vi las puertas de la cuadra cerradas. En ese momento, me llama un sargento. El apellido era Palacios, era muy amable por eso lo recuerdo. Me pregunta qué hago afuera de la cuadra. Le respondí que venía de traer el parte diario. Me dijo que me metiera en una oficina. Me coloca en la oficina donde él estaba, que era la Torre de Control, donde él veía todos los movimientos de los aviones. Era el controlador en ese momento. 'Tenés que estar acá adentro', me dijo. En ese momento, veo que suben a una persona a un avión. 'Ahora ya está', me dice, 'volvé a tu cuadra'. Nadie sabía qué pasaba, lo único que subieron a una persona a un avión. Ese hecho, a mí, me llamó la atención", relató el testigo ante la atenta y sorprendida escucha del defensor oficial Sergio Moreno, quien después le preguntó si tenía algo más para aportar de esa situación puntual: "Vi que subían a alguien a un avión y nada más. Lo llevaban de los brazos. No sé quién es ni le alcancé a ver la cara. Estaba lejos del avión", explicó.
Los testigos que proponen las defensas en el juicio que investiga los Vuelos de la Muerte de Campo de Mayo suelen brindar, por lo general, declaraciones cortas y con poca información relevante a la causa. La estrategia de quienes defienden a los imputados parece ser convocar a exconscriptos que hayan desempeñado tareas más que nada administrativas en el Batallón de Aviación 601 del Ejército y, sobre todo, que no pasaran allí la noche, el momento en el que según varios relatos, se encendían las luces de la pista para los Vuelos de la Muerte o Vuelos fantasma. La mayoría de estos testigos que son llamados a declarar por las defensas no realizaron guardias y tampoco estuvieron en el Batallón en horas de la noche.. Entonces, solemos escuchar la misma respuesta negativa ante las preguntas de las partes sobre si habían escuchado, visto o presenciado algo raro en la zona del aeródromo, como el ingreso de algún camión civil a la pista, el traslado de personas detenidas hacia las aeronaves y el despegue de los vuelos de la muerte, cuestiones que venimos escuchando reiteradamente en el relato de la mayoría de los testigos.
Diferente fue el caso de uno de los tres testigos de la audiencia de este lunes. La defensa oficial de Sergio Moreno, que representa a Horacio Conditi, citó a declarar a Alejandro Héctor Astudiano, quien realizó el Servicio Militar Obligatorio en Campo de Mayo y era el encargado de controlar que los soldados cumplieran con sus guardias.
Resignificar lo vivido
Astudiano tardó en relacionar el episodio que involuntariamente presenció con los Vuelos de la Muerte: “Después, con el tiempo, cuando empiezo a entender lo que ocurría en ese momento, supuse que pudo haber sido una de las personas desaparecidas. Yo vi que llevaban a alguien de los brazos y lo subían a un avión. Recuerdo que la persona estaba de civil. Los otros no estaban de civil. Ahí eran todos verdes, todos estábamos de verde. Por eso, destacamos a alguien que estaba de otro color. Estas personas ingresaron al avión con él. Después, posiblemente el sargento me haya hablado y yo me di vuelta. Cuando volví a mirar, el avión ya se iba", contó. Si bien no logró precisar qué tipo de avión era, afirmó que pertenecía al Batallón: "Era un avión que los chicos limpiaban y cuidaban. Estaba siempre ahí", describió. No era un avión grande, "calculo que entrarían 10 personas ahí. Twin Otter me suena, probablemente sea ese el avión", señaló cuando le pidieron precisiones.
Los gritos
A continuación, Astudiano relató "otro hecho que me llamó la atención". Durante su paso por Campo de Mayo, el testigo fue soldado dragoniante, un cargo con algo de jerarquía dentro de los colimbas. "Teníamos el beneficio de no hacer guardias de pie, sino que teníamos el control de las guardias", dijo. Una noche en la que estaba a cargo de una guardia, "me llama un soldado por radio y me dice que escuchaba gritos en el campo. Le avisé a un teniente y fuimos. Cruzamos la pista. Era una noche cerrada. Fuimos con este soldado, preguntándole qué escuchaba. 'Yo escuché que alguien gritaba', decía. Nos acercamos al campo. El teniente nos hizo hacer una maniobra de combate, tirarnos al piso, apuntar y él tiró tiros al aire. Nosotros no escuchamos los gritos, pero el soldado después me juró a mí que escuchó gritos", aseguró. El testigo no logró recordar los nombres del teniente ni del soldado, pero sí precisó que el lugar donde estaba cumpliendo guardia el colimba fue cerca de la torre de control.
El miedo constante como adoctrinamiento
A lo largo de su relato, el testigo demostró parte del condicionamiento que los soldados recibían en Campo de Mayo y de qué manera los controlaban a través del miedo: "A nosotros, como soldados, nos hablaban de 'extremistas' y 'terroristas'. Nos decían que nos iban a atacar extremistas, que tuviéramos cuidado. Nos dejaban salir vestidos de civil porque nos decían que podíamos correr peligro. Nos hablaban mucho de terrorismo, de extremismo. Esas ideas realmente en mi cabeza no entraban, pero después con el tiempo empiezo a entender qué estaba pasando. En ese momento, a nosotros nos metían mucho miedo. Decían que nuestras vidas peligraban. Por eso es que no teníamos que dormirnos en la guardia, por eso es que teníamos que tener el arma siempre preparada. Nos adiestraron así. De alguna manera nos hicieron pensar que vivíamos en constante peligro. Éramos muchachos que jamás tuvimos un arma encima ni mucho menos”, contó.
Los testigos que no pudieron evitar
Como se está comprobando en este juicio, los vuelos de la muerte partían desde Campo de Mayo en horarios nocturnos, cuando la actividad del Batallón era casi nula y no había conscriptos en funciones. Sin embargo, hemos escuchado también en otras audiencias sobre la metodología relatada por Astudiano en la que los militares impartían órdenes a todos los soldados de regresar inmediatamente a su cuadra, la casilla donde dormían o descansaban. También de echarse cuerpo a tierra, con la vista al suelo. Esto sucedía cuando ingresaban a personas detenidas al Batallón y las subían a los aviones, como por ejemplo vio el testigo de esta audiencia. La sistematicidad y la planificación de los vuelos de la muerte están fuera de discusión. Sin dudas que fue el accionar más utilizado en Campo de Mayo para la desaparición de personas, solo que, a veces, los genocidas se salían de los esquemas habituales en los que se llevaban adelante: “A los soldados los llamaron a todos para que entren a la cuadra. Solamente les dijeron que tenían que estar ahí adentro. Me llamó la atención que nos encerraran. Pensé qué tan importante podría ser. Era un civil que estaban subiendo al avión”, se preguntó Astudiano durante la audiencia. Él, como otros, por suerte fueron testigos aun cuando los militares de Campo de Mayo hicieron todo lo posible para que sus acciones quedaran impunes y olvidadas.
'Vi que lo subían y nada más', declaró Astudiano, como si fuera poco, pero bastante útil resultó su testimonio, su narración directa y en primera persona, de cómo cargaban a una persona a uno de los aviones de la muerte para ser arrojado al mar o al río. También aportó los dichos de un soldado que le afirmó que había escuchado gritos en el campo, probablemente en la zona donde funcionó ‘El Campito’, uno de los centros clandestinos de detención, tortura y exterminio más tenebrosos del país durante el Terrorismo de Estado. A quienes no les debe haber resultado conveniente estos episodios que relató el testigo es a los abogados defensores de los imputados, casualmente, quienes lo convocaron.
*Este diario del juicio por los Vuelos de la Muerte de Campo de Mayo, es una herramienta de difusión llevada adelante por La Retaguardia, medio alternativo, comunitario y popular, junto a comunicadores/as independientes. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguinos diariamente en https://vueloscampodemayo.blogspot.com/
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